Ghosts

I got bones beneath my skin, and mister...
There's a skeleton in every man's house
Beneath the dust and love and sweat
that hangs on everybody
There's a dead man trying to get out.

Perfect Blue Buildings, Counting Crows

Hubo un tiempo en que creí en fantasmas, vampiros y todo tipo de eventos paranormales. Era un niño que fantaseaba con ser uno de ellos, lejos de las leyes del mundo, inmerso en la noche, un espectro romántico.

Después de experimentar la muerte de alguien muy cercano y querido, todo este pensamiento mágico se desvaneció, dando pie a un escepticismo rampante, me dí cuenta que la muerte solo es muerte, y punto final. Los muertos no vuelven ni velan por nosotros, solo hay silencio y abandono para los que quedamos vivos y sin respuesta, sin adiós.

Ahora lo reconsidero, los vampiros y los fantasmas sí existen, son parte de mi vida y memoria.

Hay personas que vampirizan a otras. Tal vez sin quererlo tienen dentro de ellas un deseo de destrucción, obtenido solamente a partir de la energía vital de alguien más. Muchas veces me he preguntado si acaso mi deseo se ha hecho realidad, si me he convertido en una de estas criaturas. Estoy seguro que la marca de mis dientes está en uno que otro cuello inconsciente de mi voraz ataque. Soy el conde caído en desgracia y olvidado por la fe, el ansia por devorar es insaciable, no tengo límites en mi sed de sangre nueva.

En mí existen también varios fantasmas que han resistido todo intento por ser exorcizados. Se levantan conmigo, me siguen a todas partes y francamente, me aterrorizan. Como una casa embrujada, voy decayendo, las telarañas se acumulan, los pilares se derrumban, el aire se envilece ante la ocupación fantasmal que no permite nuevos inquilinos. Estoy seguro que los niños me ven con miedo y sobre mí hay historias de terror. A veces yo también veo, en el espejo, esa luz que se prende sin sentido por las noches, nadie vive aquí y sin embargo, los ruidos no cesan...