June 06, 2016

Rebeldía



No he venido al mundo
para llorar. No es con lágrimas
que se obtiene la alta dimensión del hombre.
No es a que me maltraten
ni a que me humillen.
No me arredra la lucha
por más encarnizada que ella sea.
Afianzada tengo el alma
a un rojo encendido de fuerza
que puede maldecir
pero jamás humillarse.

No importa que pretendan negar
la luz de mi destino,
que rompan despiadadamente
el encaje del sueño,
que destruyan el azogue de mi espejo,
que me sumerjan en la noche sin adioses,
que con saña me nieguen el pan, la sal y el agua.
No esperen que por ello me doble dócilmente,
aunque la carne sea siempre la carne
mis entrañas ya casi son de acero.

Mas lo que así pretendan
que por mí no teman
que haría falta para ello desconocer
que yo aprendí a cantar con las palabras justas.
Y que he encontrado la verdad en la médula de mis huesos
y que por eso marcho a espaldas de la aurora
como si ella misma naciera en mi costado.

Ignoran acaso que en el recinto de mi pecho
he dejado entrar el universo
y que tengo como cumplido deber gozoso
amar la justicia, la lucha, la esperanza
y afianzare a ellas
con mi corazón, mi canto
y la vida misma.

Y que por ello en todo tiempo
para mi sueño es la primavera,
la tierra toda florece
y adelante para mí su simiente milagrosa.

Sin negarme jamás a sangrar,
hasta dejar como caños vacíos las venas,
dislocarme de espanto en horas tormentosas,
rodar como un animal herido,
saborear mi saliva como si fuera una fruta,
tocar sonámbula mi propio esqueleto,
acariciarme yo misma
a fuerza de sentirme tan desgraciada.

Pero eso no será nunca estar vencida
ni naufragada en ningún planeta.
Será acaso como estar momentáneamente cansada
de un largo viaje...
para empezar el nuevo día con más violencia.
Pues hay que saber que cuando el pecho casi estalla,
el dolor es su única defensa.
Además qué triste sería ser invencibles
únicamente por el miedo a sufrir.

Mi pecho abierto a los cuatro costados
se viste, se desviste, anda y desanda los caminos
y jamás se protege del desamparo.
Él sabe que sería risible disfrazarse con máscaras,
que solo hay una forma segura de ganar el combate
y es entrar en él con el cuerpo descubierto
pero con plena decisión de pelear
hasta ganar o perder.
Que vivir es seguir viviendo,
buscarse minuto a minuto,
hasta encontrar la voz servidora
que nos permita dar el mensaje
de lo verdaderamente eterno.

Yo sé que atrás se quedará mi rostro
pero que mi voz estará siempre en el alba,
que no hay tumba para la férvida palabra
y mucho menos para el canto que va de boca en boca.
Que este es un frágil milagro de inescrutables designios,
una belleza que se acrecienta cada primavera
y una eternidad que se levanta del mismo cadáver
para no morir nunca.

≈ o ≈ 

Clementina Suárez
Honduras

January 25, 2016

Y obedecen




Derrumben las ciudades,
tiren sus paredes en pedazos.
Reduzcan las fábricas y las catedrales, 
las bodegas y los hogares
a pilas sueltas de piedra, cascajo
y negra madera calcinada:
ustedes son los soldados y los comandamos.

Reconstruyan las ciudades,
restauren sus paredes.
Vuelvan a convertir las fábricas, las catedrales,
las bodegas y los hogares
En construcciones para la vida y el trabajo.
Ustedes son los trabajadores y ciudadanos: los comandamos.


Carl Sandburg

September 08, 2015

¿Celebrarían conmigo?



¿Celebrarían conmigo
lo que he forjado
en esta especie de vida? No tuve modelo.
Nacida en babilonia,
nacida no-blanca y mujer
¿qué iba a ser sino yo misma?
Lo inventé
aquí en este puente
entre la luz estelar y el barro
una mano sosteniendo fuerte
la otra mano; vengan a celebrar
conmigo que todos los días
algo ha intentado aniquilarme
y ha fallado.

Lucille Clifton

Original en inglés 

March 16, 2015

Tres Poemas

 


Cuéntame la historia
que camina en tus ojos
cuando los abres por la mañana
cuando el sol
entra con su aguja de luz
en tus sueños.

*

Queda el temor de que un día roto de ansia
el sol se apague
dejando sólo
levantados como muertos
los árboles
los árboles —cuando pasan tus sueños debajo de ellos—
los árboles —brazos abiertos locos de haber perdido sus hojas—
leña: a los que no quisieron ver la mancha prieta
de cierta noche
devorando la luz
y la vida.

*

Quédate conmigo
querido
te daré de comer
mi hambre no se acaba con sal
mi sed no se acaba con agua
quédate conmigo
te daré el calor del espanto
lo tengo en mi mano
temblando.


Clarisse Nicoïdsky

January 10, 2015

XVIII

 




Mi animal de costumbre me observa y me vigila.
Mueve su larga cola. Viene hasta mí
A una hora imprecisa.

Me devora todos los días, a cada segundo.

Cuando voy a la oficina, me pregunta:
    “¿Por qué trabajas
    Justamente
    Aquí?”

Y yo le respondo, muy bajo, casi al oído:
    Por nada, por nada.
Y como soy supersticioso, toco madera
De repente,
Para que desaparezca.

Estoy ilógicamente desamparado:
De las rodillas para arriba
A lo largo de esta primavera que se inicia
Mi animal de costumbre me roba el sol
Y la claridad fugaz de los transeúntes.

Yo nunca he sido fiel a la luna ni a la lluvia ni a los
    guijarros de la playa.

Mi animal de costumbre me toma por las muñecas, me
    seca las lágrimas.

A una hora imprecisa
Baja del cielo.

A una hora imprecisa
Sorbe el humo de mi pobre sopa.
A una hora imprecisa
En que expío mi sed
Pasa con jarras de vino.

A una hora imprecisa
Me matará, recogerá mis huesos
Y ya mis huesos metidos en un gran saco, hará de mí
Un pequeño barco,
Una diminuta burbuja sobre la playa.

Entonces sí
Seré fiel
A la luna
La lluvia
El sol
Y los guijarros de la playa.

Entonces,
Persistirá un extraño rumor
En torno al árbol y la víctima;

Persistirá...

Barriendo para siempre
Las rosas,
Las hojas dúctiles
Y el viento.



Juán Sánchez Pelaez
Altagracia de Orituco, Venezuela