January 24, 2009
La Rosa y la Cruz
Del caldero hirviente de mis penas,
Donde vertí lo dulce, amargo y salado;
Donde, de mi lengua, surgía la música encantada,
Donde encadené archipiélagos misteriosos
De estrellas caídas; donde las pasiones ardientes
Fluían como un betún curioso, donde la tonada silenciosa
De amor perfecto se movía entre el arreglo brillante:
Ahí crecía la Mistica Rosa.
Sus incontables pétalos de luz dividida;
Sus hojas del esmeralda más radiante;
Su corazón como un rubí fatuo. Al verla
Levanté mi pecho ante Dios y le dije:
Este deseo soñado, ¿cómo lo sosiego?
¡Y he ahí que se formó la Cruz de Fuego!
Aleister Crowley
Traducción de Emmanuel Caballero
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