May 07, 2009

La noche ardiente



La mayoría de las veces, las hipótesis más sencillas son las más probables. A veces, también, las metáforas más simples son las más adecuadas, y nada hay más sencillo que nombrar el presente. Hoy y aquí, adecuadamente, mi vida es esta noche ardiente.

La vida es un caldero candente, donde las reacciones se multiplican conforme sube la temperatura. Donde ni el cuerpo o la mente pueden descansar tranquilamente.

Quisiéramos refrescarnos y hay caminos fáciles para ello. Las bebidas frías, mojarnos el cabello… bebidas que se calientan dentro del cuerpo al instante, cabello que tiene como único destino secarse de nuevo. No hay alivio que dure.

El edredón bordado de historias resulta incómodo, quisiéramos deshacernos de él para recuperar nuestra libertad. Damos vueltas en el lecho buscando la posición que nos permita descansar, con los sonidos externos amplificados en el aire denso.

Es imperante entonces despojarse de aquello que nos cubre innecesariamente, fuera va incluso la ropa interior. No hay nada después de la desnudez, quedamos al descubierto, claros y precisos. Es así como se encuentra la gente, se unen los cuerpos y, poéticamente, las vidas. Añoramos este estado y lo demostramos de la manera más pasional que conocemos, nos amamos y compenetramos; creamos más vida así, huyendo del infierno que es una madrugada al rojo vivo.

Irónicamente, desnudos y entrelazados creamos más calor. Ardemos, sudando las pesadillas y los malestares. Perdemos la cordura en la alucinación febril del amor y volvemos a las aguas primordiales que incubaron la vida en la Tierra. Somos uno con el otro y con el mundo, pura existencia sin conciencia.

Eso es lo que más queremos: vivir por siempre en el punto de ebullición, sin descansar o pensarlo demasiado. Sólo sentir eternamente el cosquilleo de la piel hinchada de vida: liberarnos, ser el volcán que permita el descanso de nuestros nucleos y explotar junto con alguien como hacen los soles gemelos.

Al menos yo quisiera que la vida fuera siempre esta noche ardiente y no una corriente fría de la cual tuviera que protegerme.

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2 comments:

Canan said...

Pensé en eso y no pudé dormir...un beso.

Little Masochist said...

Mi noche (de anoche) estuvo sonorizada y refrescada por una tormenta... tanto interior como exterior... Deje la puerta abierta y solo las cortinas sirvieron de limite para el viento, el agua, y las luces en el cielo... Mi pudor me lleva a dejarme puesta mi ropa interior (bottoms) y una camiseta sencilla... Contrariamente a lo pudiera pensarse, mi cabello suelto aun humedo solo me calorizaba mas... En fin, a los pocos momentos el viento se volvio mas fuerte, y de repente parecia que habia prendido la refrigeracion en mi recamara... De mas esta decir que, aunque soñe al sujeto de mi tormenta interior, fue de una manera pacifica, sin grandes conflictos que surgieran a mi despertar... Espero que el dia de hoy se acabe, y con ese fin, llegue de nuevo una tormenta que refresque mi cuerpo y mis sueños...

Gracias Caballero ;)