El artista Daniel Edwards ha creado una escultura llamada
"Monument to Pro-Life, The Birth Of Sean Preston", alegoría neo-clásica posmoderna (whatever that means) para conmemorar el nacimiento del primogénito de Britney Spears.
El artista, así como sus promotores, aseguran que la escultura es un símbolo de la victoria de la vida. En este caso específico, la decisión de Britney de tener un hijo sacrificando su carrera artística.
Puro choro.
O Daniel Edwards es un genio mediático que ha logrado convencer a sus mecenas del caracter pro-vida de su obra, o es un genio inconsciente de sus capacidades metafóricas. La imagen de Britney desnuda, arreglada en un estilo clásico, en una posición tan incomoda como sugestiva al momento del parto aerodinámico... la cabeza de oso con las fauces abiertas... Britney tomando (¿sobando?) las sienes del animal, como si cabalgara sobre él, me recuerdan la imagen de Europa siendo raptada por Zeus en la forma de un toro semental. La historia del rapto, repetida
ad infinitum en la historia de la humanidad para simbolizar el mundo nuevo; tantas anti-heroínas, Io, Helena, Ariadna, finalmente la misma Britney, raptada de su propia niñez directo a la maternidad. Dice Gustave Moreau al respecto :
"Pálidas y vastas figuras, tremendas, solitarias, oscuras y desoladas, amantes fatales, misteriosas, condenadas a las infamias titánicas. ¿Qué será de vosotras? ¿Qué será de vuestros destinos? ¿Dónde podrán ocultarse vuestros terribles amores? ¿Qué terrores, qué piedades inspiradas, qué tristezas inmensas y estupefactas se despiertan en el ser humano llamado a contemplar tanta vergüenza y horror, tantos crímenes y tanta desventura"
tomado de Las Bodas de Cadmo y Harmonía, de Roberto Calasso.
¿O acaso Britney le tapa las orejas al oso, callando el grito del neonato que podría despertar a un cadáver?
Cuántos significados podríamos encontrarle a esta obra, que lejos de ser un simple ejercicio de descontextualización, consigue repeler e incitar al mismo tiempo. La sensualidad de Britney, bañada en un blanco inmaculado, dando a luz, postrada sobre un animal vital, pero muerto, decorativo.
Me quedo con una duda, y esa es la vista posterior de la escultura. ¿Cuánto detalle habrá plasmado Edwards para los genitales de la nueva diosa del pop? ¿Se asoma la cabeza del niño, podemos notar la dilatación grotesca de los órganos, el desgarramiento de tejido?
Por lo pronto, puedo decir que es la primera obra plástica en muchos años que me conmueve y me hace reflexionar sobre el nuevo arte en el nuevo milenio.
Gracias a Adriana Degetau por las imágenes.