September 08, 2015

¿Celebrarían conmigo?



¿Celebrarían conmigo
lo que he forjado
en esta especie de vida? No tuve modelo.
Nacida en babilonia,
nacida no-blanca y mujer
¿qué iba a ser sino yo misma?
Lo inventé
aquí en este puente
entre la luz estelar y el barro
una mano sosteniendo fuerte
la otra mano; vengan a celebrar
conmigo que todos los días
algo ha intentado aniquilarme
y ha fallado.

Lucille Clifton

Original en inglés 

March 16, 2015

Tres Poemas

 


Cuéntame la historia
que camina en tus ojos
cuando los abres por la mañana
cuando el sol
entra con su aguja de luz
en tus sueños.

*

Queda el temor de que un día roto de ansia
el sol se apague
dejando sólo
levantados como muertos
los árboles
los árboles —cuando pasan tus sueños debajo de ellos—
los árboles —brazos abiertos locos de haber perdido sus hojas—
leña: a los que no quisieron ver la mancha prieta
de cierta noche
devorando la luz
y la vida.

*

Quédate conmigo
querido
te daré de comer
mi hambre no se acaba con sal
mi sed no se acaba con agua
quédate conmigo
te daré el calor del espanto
lo tengo en mi mano
temblando.


Clarisse Nicoïdsky

January 10, 2015

XVIII

 




Mi animal de costumbre me observa y me vigila.
Mueve su larga cola. Viene hasta mí
A una hora imprecisa.

Me devora todos los días, a cada segundo.

Cuando voy a la oficina, me pregunta:
    “¿Por qué trabajas
    Justamente
    Aquí?”

Y yo le respondo, muy bajo, casi al oído:
    Por nada, por nada.
Y como soy supersticioso, toco madera
De repente,
Para que desaparezca.

Estoy ilógicamente desamparado:
De las rodillas para arriba
A lo largo de esta primavera que se inicia
Mi animal de costumbre me roba el sol
Y la claridad fugaz de los transeúntes.

Yo nunca he sido fiel a la luna ni a la lluvia ni a los
    guijarros de la playa.

Mi animal de costumbre me toma por las muñecas, me
    seca las lágrimas.

A una hora imprecisa
Baja del cielo.

A una hora imprecisa
Sorbe el humo de mi pobre sopa.
A una hora imprecisa
En que expío mi sed
Pasa con jarras de vino.

A una hora imprecisa
Me matará, recogerá mis huesos
Y ya mis huesos metidos en un gran saco, hará de mí
Un pequeño barco,
Una diminuta burbuja sobre la playa.

Entonces sí
Seré fiel
A la luna
La lluvia
El sol
Y los guijarros de la playa.

Entonces,
Persistirá un extraño rumor
En torno al árbol y la víctima;

Persistirá...

Barriendo para siempre
Las rosas,
Las hojas dúctiles
Y el viento.



Juán Sánchez Pelaez
Altagracia de Orituco, Venezuela