Por la ventana el humo verde sale como la risa que escapa de las gargantas.
La música apenas se escucha, murmullos de una guitarra repicando a través de la calle, brillando como la lluvia sobre el pavimento.
Tirados en el piso están Laura y Roberto, unos caballitos de tequila, un cenicero lleno y limones exprimidos, mordisqueados, pelados. Por las tardes se reúnen, ella escapa de clases, él prepara algo de comer. Platican y discuten, hablan de gente en común. En realidad sólo observan el movimiento de los labios, la luz en los ojos, el juego nervioso de las manos que no se tocan, que deberían hacerlo.
Una semana y han vuelto a la misma dinámica de siempre que se llama vivir en la mente de alguien más.
March 29, 2006
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1 comment:
me encantó...
es como una versión poética de La Telaraña ochentera... como una descripción de toda la gente que vive en un edificio... piezas del rompecabezas de momentos... me gusta me gusta...
besos,e.
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