Cristina abre la puerta con sus propias llaves, derecho preciado para una niña de su edad, mas no para ella. Tira mochila y lonchera en el suelo, saluda a los pericos y se dirige a la alcoba, oscurecida por las gruesas cortinas de manta que ha colgado Mamá.
Con un vaso de aguade jamaica y las galletas que han quedado del recreo, Cristina se sienta frente al televisor y por horas ve telenovelas, noticiarios, caricaturas, todo lo que la mantenga alejada de la soledad que no deberían conocer sus años.
Cuando Papá y Mamá llegan de trabajar, Cristina está dormida en la cama matrimonial de sonoros resortes, aferrada a su única compañía, ella misma.
March 18, 2006
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