Un lagarto corrió por la roca y se irguió escuchando,
sin duda, el sonido de las esferas.
¡Qué galante individuo, sacudiendo la barbilla hacia ti
y girando su cola!
Si los hombres fueran tan hombres como el lagarto es lagarto,
valdría la pena observarlos.
D.H. Lawrence
Traducción de Emmanuel Caballero
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