Porque nadie en su sano juicio puede comparar la interrupción de un embarazo con un asesinato premeditado. Se necesita una mente enferma de fundamentalismo para declarar tal aberración.
Sorpresivamente, tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Procuraduría General de la República, el juez Aguirre Anguiano, los panistas y el cardenal Rivera tienen exactamente la misma opinión, en casi las mismas palabras:
“El embrión está constitucionalmente protegido al ser el núcleo esencial de la vida humana del concebido”.
José Luis Soberanes - CNDH
“La protección a la vida del producto de la concepción es un derecho constitucional".
Eduardo Medina Mora - PGR
"El derecho a la vida reconocido en la Constitución queda protegido desde el momento de la concepción".
Sergio Aguirre Anguiano - SCJN
"Desde el principio hemos defendido que la vida comienza desde la concepción".
Blanca Judith Díaz Delgado - Senadora por el PAN
"La ciencia nos ha probado que hay un ser humano desde el momento de la concepción."
Cardenal Norberto Rivera
No queda duda, entonces, que todos los argumentos salen de un mismo lugar: la Iglesia Católica. Y miente la Iglesia Católica hasta los dientes diciendo que la ciencia apoya su posición, siempre que el término "Concepción" es estrictamente teológico.
La ciencia no llama concepción a ningún instante del proceso de gestación. Si acaso, lo llama "Fecundación", y es sólo uno de muchos pasos antes de que el "humanito chiquito y en completa posesión de derechos" pueda incluso llamarse embrión.
A la fecundación le siguen:
- El cigoto
- La mórula
- La blástula
- La néurula.
- La organogénesis, dividida a su vez en:
- Endodermo
- Mesodermo
- Ectodermo.
No es hasta ésta última fase que los sistemas nerviosos, central y periférico se desarrollan. Aún identificando este momento de la gestación, es completamente imposible saber si este señorcito o damita son conscientes o sienten algún dolor.
El cardenal Rivera va más lejos aún:
"No hay causales que puedan justificar el rechazo del bien precioso de la vida de un niño o de una niña, independientemente de las condiciones de su concepción, de su estado o de su desarrollo".
Esto quiere decir que si logran penalizar el aborto según lo plantea el D.F., lo que sigue es penalizar con prisión la toma de pastillas anticonceptivas, la toma de pastillas de emergencia, la práctica de una cesárea, un aborto por violación o por peligro a la vida de la madre, etc.
No cabe duda que todo este desmadre tiene una misma fuente: el retrogradismo ideológico y misógino de una religión. Es inadmisible hacerlo pasar por ciencia y Derecho.
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