May 02, 2010
Lo que dije
Pincha el brazo como veneno
saber que algunas cosas, al ser elegidas,
son tuyas y la noche
llega tan rápido en esta época.
Hay cosas que no está permitido decir.
Aún así se piensan, hasta que se vuelven uno.
Los dos chicos de camiseta rondan la calle
de nuevo, las patinetas descansan
donde la banqueta se hunde en falla geológica.
Parecen tristes, gritando y cayendo
mientras la fría niebla intenta ocultarlos de los carros.
La tormenta, ayer, vapuleó las hojas al suelo,
sisean, sisean las llantas contra los cortes
musicales de piano, hoy no de Chopin, que llegan de arriba.
Alguien trató de entenderte un día
y murió, mas no en el intento.
Golpea y golpea la hija del casero,
probándose botas nuevas en las escaleras traseras.
Las cosas se han estrechado tanto
que ninguna dicción hermosa podrá sacarte de ellas.
Sólo están las suelas de tus pies,
arrancando cada paso a bolsillos vacíos
donde cambio, llaves y plumas alguna vez golpeteaban,
hasta que los aventaste a un arbusto de la cuadra contigua
y llegaste a casa con los forros grises colgando
de tu abrigo como calcetas.
Olvidaste revisar el buzón
y al abrir la puerta
entró la noche contigo.
April Bernard
Traducción de Emmanuel Caballero
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