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RAGE AGAINST THE MACHINE INTERVIEW WITH NOAM CHOMSKY

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No hace falta un doctorado para ver que todo esto está ocurriendo, paso a paso, en México. Justo estas semanas se han visto todas las muestras: especulación con el precio del maíz, reducción del presupuesto a la educación pública hasta ahorcarla, falta de agua en colonias populares, los beneficios que recibe la banca extranjera, el deterioro terminal de la salud pública, etc.

México es un producto, materia prima, y sus habitantes son tuercas y tornillos en una maquinaria muy grande y pesada de creación de dinero para unos cuantos. Aun cuando en la Constitución se definan los derechos de cada ciudadano a la salud, la educación, un salario mínimo que pueda "satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero como jefe de familia", este derecho es ignorado, si no concientemente desechado por el gobierno.

Hay un dejo de perversión en esto y es infame la crueldad hacia todo un pueblo, hacia todo el mundo. Quien pueda pagar su protección y sus necesidades básicas, que lo haga. Para los demás, la muerte.

¿Qué papel juega la gran institución católica en todo esto? ¿Cómo ha contribuido a la explotación de los mexicanos? La conexión entre pobreza, abuso y alta religiosidad parece inescapable; los grandes demócratas y filósofos sociales (Juárez y Jefferson me vienen a la mente) lo tenían muy claro: no hay lugar para la iglesia en un estado equitativo. Mucho menos para una iglesia que da señales de putrefacción en sus filas. Los casos de pederastia y abuso de poder por parte de la cúpula católica son intolerables, pero este círculo poderosísimo cada vez tiene más fuerza en las decisiones de Estado. ¿Coincidencia? No lo creo.

Empieza a quedarme claro el terror de la pobreza, del abuso y del nuevo esclavismo que se gesta con fachada de trabajo remunerado (el simbolismo de Manderlay, de Lars Von Trier, es atinadísimo). El gobierno que entra ha dejado muy claro que ésta es la ruta, el continuismo de las políticas de las dos décadas pasadas que sólo traerán a México más pobreza, desesperanza y explotación, y como cuenta la historia claramente cuando todos estos elementos se unen: violencia, represión, genocidio, y finalmente revolución.