Más adentro
En la avenida que lleva a la ciudad
cuando el sol baja,
el tráfico se vuelve denso, se arrastra,
es un lento dragón brillante.
Yo soy una de sus escamas.
Súbitamente, el rojo sol
mana desde el centro del parabrisas.
Me vuelvo transparente
y una escritura es legible
dentro de mí,
palabras en tinta invisible
aparecen
al poner el papel al fuego.
Sé que debo alejarme,
cruzar la ciudad y llegar más allá
hasta andar por el bosque,
caminando en las huellas del tejón.
Oscurece, ver se dificulta,
en el musgo yacen las piedras.
Una de ellas es preciosa,
puede cambiarlo todo,
puede hacer brillar la oscuridad.
Es el interruptor del país.
Todo depende de ella,
Mírala, tócala...
- o -
El árbol y el cielo
Hay un árbol caminando en la lluvia,
pasa a nuestro lado en el diluvio gris.
Tiene un encargo, cosecha vida
de la tormenta como un mirlo en un huerto.
Cuando la lluvia se detiene, se detiene él.
Ahí está, quieto en las noches limpias
esperando el momento, como nosotros,
en que los copos de nieve florezcan por el cielo.
Tomas Tranströmer
Traducción de Emmanuel Caballero